DEPRESIÓN E IDEACIÓN SUICIDA
La Organización Mundial de la Salud calcula que el 1,1% de los adolescentes de 10 a 14 años y el 2,8% de los de 15 a 19 años padecen depresión1. En menores de 12 años es más frecuente en varones y en la pubertad es más frecuente en mujeres2.
En los niños y adolescentes, la depresión tiene gran impacto negativo sobre su crecimiento y desarrollo personal, sobre el rendimiento escolar y las relaciones familiares e interpersonales, y es, además, uno de los principales factores de riesgo de suicidio en los adolescentes3. En España, el Instituto Nacional de Estadística ha publicado que durante el año 2020 se suicidaron 14 menores de 15 años y 300 personas de entre 15 y 29 años4, siendo una de las principales causas de muerte entre los adolescentes.
El inicio temprano se asocia con mayor tasa de recurrencia, mayor comorbilidad psiquiátrica y mayor continuidad en la vida adulta5.
FACTORES DE RIESGO2,5,6
ANAMNESIS5
En la anamnesis encontraremos los siguientes hallazgos:
CRIBADO
En una consulta de Atención Primaria puede resultar de interés disponer de unos cuestionarios rápidos y fiables que permitan afinar la sospecha de un trastorno depresivo.
1. Cuestionario PHQ-2 (Patient Health Questionnaire)7,8
El PHQ-2 es un cuestionario para adolescentes que consta de dos preguntas:
Ambas preguntas se contestan en una escala de Likert de cuatro opciones: Ningún día (0 puntos); Varios días (1 punto); Más de la mitad de los días (2 puntos); Casi todos los días (3 puntos). El baremo es de 0 a 6 puntos y el punto de corte está en 3.
2. Cuestionario de Depresión Infantil de Kovacs (CDI)9
Escala autoaplicable a niños de entre 7 y 17 años que consta de 27 ítems con 3 respuestas posibles, puntuadas de 0 a 2, de ausencia a mayor gravedad de los síntomas explorados. Las puntuaciones totales están entre 0 y 54; aunque no es un instrumento de diagnóstico, sino de gravedad del trastorno, Kovacs determina el valor 19 como el umbral que discrimina a los niños deprimidos.
TRASTORNO DEPRESIVO MAYOR
La principal sintomatología del trastorno depresivo mayor es el ánimo deprimido o triste y la ausencia de interés o placer por las actividades cotidianas, que pueden llegar a abandonar o rechazar (por ejemplo, asistir al colegio o jugar con iguales)10. En el caso de los niños, la tristeza puede estar presente en forma de irritabilidad, que en la infancia está claramente asociada con la depresión11.
Además, pueden presentar cambios en el apetito, sueño o actividad motora, cansancio, sentimientos de inutilidad o culpa, dificultad para concentrarse y tomar decisiones, y pensamientos recurrentes de muerte, suicidio o incluso realizar intentos autolíticos. Pueden aparecer síntomas psicóticos en el 9% de los niños y 15% de los adolescentes, e indican mayor gravedad12.
En los niños y adolescentes, cuando el trastorno tiene una duración superior a un año se considera el diagnóstico de trastorno depresivo persistente10.
TRASTORNO DE DESREGULACIÓN DISRUPTIVA DEL ESTADO DE ÁNIMO10,13
El síntoma principal del trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo es la irritabilidad crónica, persistente y grave. Esta irritabilidad se manifiesta en forma de accesos de cólera (rabietas) frecuentes, verbales o conductuales, en respuesta a la frustración. Pueden suceder en casa y/o en el colegio y son desproporcionados para la edad del niño. El ánimo entre los accesos es persistentemente irritable o enfadado. La edad de aparición es entre los 6 y los 12 años, siendo más prevalente a los 10 años.
TRASTORNO ADAPTATIVO CON SINTOMATOLOGÍA DEPRESIVA14
La sintomatología depresiva aparece en el periodo de adaptación a un cambio biográfico significativo o a un acontecimiento vital estresante. En los niños pueden aparecer fenómenos regresivos, tales como volver a tener enuresis nocturna, utilizar un lenguaje infantil o chuparse el pulgar.
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL10,12,15
DIFERENCIAS POR EDAD Y SEXO15-17
En general, se puede decir que los varones presentan cuadros más graves, de inicio más precoz, con más trastornos de conducta y que tienen peor pronóstico; y las niñas tienen más trastornos ansiosos previos, el inicio es más tardío y tienen una mayor tendencia al aislamiento.
Por edades, también existen diferencias en cuanto a la expresión de la psicopatología:
LEVE14
Presencia de dos o tres síntomas con los que el paciente puede sentirse angustiado, pero puede continuar sin mucha interferencia con la mayoría de las actividades cotidianas (asistir al colegio y actividades extraescolares, estudiar y hacer los deberes, juego, deporte, acudir con amigos, etc.).
MODERADO14
Presencia de cuatro o más síntomas y que le generan grandes dificultades para continuar con sus actividades ordinarias (asistir al colegio y extraescolares, estudiar y hacer los deberes, juego, deporte, acudir con amigos, etc.).
GRAVE14
Presencia de varios síntomas que son marcados y angustiantes, típicamente pérdida de autoestima e ideas de inutilidad o culpa. Los pensamientos y actos suicidas son comunes y, generalmente, están presentes varios síntomas "somáticos", en forma de alteración del apetito y/o de los patrones de sueño. Puede ocurrir con o sin sintomatología psicótica.
CONDUCTAS SUICIDAS15, 18
La conducta suicida puede entenderse como un continuum, que va desde ideas pasivas de muerte y desesperanza hasta la elaboración de un plan suicida estructurado y decidido.
Entre los factores de riesgo para las conductas suicidas están:
En todos los casos de depresión, incluidos los episodios leves, hay que hacer una evaluación del riesgo suicida. Preguntar por conductas suicidas no incita a llevarlas a cabo; de hecho, el sentirse comprendido en el malestar puede aliviar al paciente que las presenta. El riesgo suicida se puede estimar como:
TRATAMIENTO DE EPISODIO LEVE3
En niños y adolescentes con depresión mayor leve y ausencia de factores de riesgo, ideas/conductas autolíticas y comorbilidades psiquiátricas, se recomienda un periodo de observación y seguimiento de 2-4 semanas desde Atención Primaria, durante el cual se puede proporcionar apoyo activo al paciente y su familia, facilitando pautas de hábitos de vida saludable, psicoeducativas o de manejo de situaciones familiares, sociales y escolares.
TRATAMIENTO DE EPISODIO MODERADO O GRAVE3
El tratamiento recomendado para un episodio moderado-grave es el tratamiento combinado: psicoterapia más psicofarmacología.
Las psicoterapias más aceptadas son la terapia cognitivo-conductual y la terapia interpersonal.
El fármaco de primera elección en niños y niñas mayores de 8 años es la fluoxetina; aunque, según el criterio clínico y el perfil del paciente (fundamentalmente, características clínicas de la depresión, comorbilidades, historia familiar e historia previa de respuesta o fracaso a fármacos), se podría elegir otro ISRS (sertralina, escitalopram o citalopram).
Se recomienda vigilancia de la posible aparición de efectos adversos, especialmente de ideación o conducta suicida, sobre todo en las primeras cuatro semanas del tratamiento farmacológico.
CRITERIOS DE DERIVACIÓN A SALUD MENTAL3
Se recomienda derivar a los servicios de Salud Mental los siguientes casos: