MEDICIÓN DE TENSIÓN ARTERIAL (TA)1-4
La hipertensión arterial (HTA) en la infancia y la adolescencia puede contribuir a la aterosclerosis prematura y al desarrollo temprano de enfermedades cardiovasculares. Se recomienda medir la TA en pacientes mayores de 3 años anualmente, y más frecuentemente en aquellos con factores de riesgo (obesidad, enfermedad renal crónica, diabetes mellitus, antecedente de coartación aórtica, prematuridad, etc.). En la evaluación inicial se pueden emplear tensiómetros oscilométricos o auscultatorios que hayan sido validados en población pediátrica5-6. El método auscultatorio es el gold standard, en cuyos valores se basan las tablas de referencia de percentiles de TA según edad, talla y sexo (para chicas7 y chicos8 de 1 a 17 años).
Técnica de medición recomendada:
Las tomas aisladas de TA en domicilio no deben usarse para el diagnóstico, aunque puede ser un complemento útil en el seguimiento. No se recomienda emplear tensiómetros de muñeca o antebrazo en niños o adolescentes.
En pacientes de alto riesgo (obesidad, enfermedad renal crónica, coartación de aorta, etc.) se valorará la monitorización ambulatoria de la TA (MAPA) para descartar HTA enmascarada.
También existen valores de referencia para pacientes neonatos y menores de 12 meses. Para pacientes de riesgo en los que esté indicado el despistaje de HTA (enfermedad renal grave, oncohematológica, trasplante, entre otros), se recomienda el seguimiento por personal entrenado.
ANAMNESIS Y EXPLORACIÓN FÍSICA1,3,12
El objetivo de la anamnesis y exploración física es identificar causas de HTA secundaria (p. ej.: cardiopatía, nefropatía, enfermedad vascular, enfermedad endocrina, causa farmacológica o síndrome de apnea hipopnea del sueño (SAHOS)), que, diagnosticadas y tratadas, puedan evitar un tratamiento antihipertensivo prolongado. En pacientes con sospecha de HTA primaria o esencial se buscarán otros factores de riesgo cardiovascular sobre los que actuar, así como indicios de daño de órgano diana (cardiopatía, nefropatía, retinopatía o encefalopatía).
Se realizará una anamnesis dirigida sobre los antecedentes perinatales (HTA gestacional, prematuridad <32 semanas, pequeños o muy bajo peso para edad gestacional, cateterismo umbilical), antecedentes personales (cardiopatías congénitas, enfermedades renales o malformaciones urológicas, trasplante de órgano sólido o progenitores hematopoyéticos, neurofibromatosis, esclerosis tuberosa, drepanocitosis, hipertensión intracraneal, patología endocrinológica, retraso del crecimiento), patrones nutricionales (ingesta diaria de sal, grasas saturadas, bebidas azucaradas, vegetales y frutas), patrón de actividad física y sueño (clínica compatible con apnea obstructiva del sueño), antecedentes psicosociales y familiares (HTA de diagnóstico precoz, enfermedades cerebrovasculares, diabetes mellitus, obesidad, dislipemia, nefropatía o endocrinopatía hereditaria), tratamientos farmacológicos (descongestivos, AINE, estimulantes empleados en TDAH, anticonceptivos orales, corticoesteroides, simpaticomiméticos, antidepresivos tricíclicos, anticalcineurínicos, antipsicóticos atípicos, drogas ilegales).
Y se realizará un examen físico enfocado en signos que sugieren etiología secundaria. P. ej.: pérdida de audición (enfermedad renal), palpitaciones o arritmia (exceso de catecolaminas, feocromocitoma o neuroblastoma, hipertiroidismo), edema, hematuria u otras alteraciones urinarias (enfermedad renal aguda o crónica), exantemas, sudoración o palidez cutánea (alteraciones tiroideas, vasculitis), obesidad troncular (síndrome de Cushing), retraso de crecimiento (enfermedad renal crónica), disminución de pulsos en miembros inferiores (coartación de aorta), hipertrofia amigdalar (síndrome de apnea hipopnea del sueño), manchas café con leche (neurofibromatosis), adenomas sebáceos (esclerosis tuberosa), acantosis nigricans (diabetes tipo 2), debilidad muscular (síndrome de Liddle, hiperaldosteronismo). Se recogerá el peso, la talla y el índice de masa corporal (IMC), así como la TA en las cuatro extremidades.