TRASTORNO DE ANSIEDAD
Los trastornos de ansiedad son los trastornos psiquiátricos más frecuentes y uno de los motivos de consulta más habituales en población infantojuvenil1.
La ansiedad tiene como característica inherente la anticipación del peligro, mientras que el miedo surge frente a estímulos concretos, diferenciándose en intensidad, duración y grado de sufrimiento que produce. Implica una sensación aguda de malestar con sentimientos de temor y aprensión con relación a acontecimientos adversos que pudieran acaecer2. Se manifiesta mediante síntomas neurovegetativos, cognoscitivos, emocionales y conductuales3.
Las clasificaciones nosológicas que se emplean para clasificar los trastornos de ansiedad en categorías de acuerdo con criterios diagnósticos específicos son el DSM-54 y la CIE-105.
Las tasas de prevalencia oscilan entre el 6% y el 20%6. Los trastornos de ansiedad raramente ocurren de forma aislada, siendo habitual la concurrencia de varios trastornos ansiosos. La tasa de concurrencia se estima entre un 40% y 60% de los casos7,8. Las diferencias de género dependen principalmente de la edad, siendo más predominante en niños que en niñas en la infancia mientras que en la adolescencia es a la inversa con razones niño/niña de 1:1 a 1:4.
Es un proceso multifactorial, con mecanismos genéticos, neuroanatómicos (amígdala, corteza frontoorbitaria y corteza anterior del cíngulo), neuroendocrinos (sistema noradrenérgico, serotoninérgico y receptores benzodiacepinicos), inmunológicos, intrauterinos, perinatales, temperamentales y ambientales.
FACTORES DE RIESGO
Los principales factores de riesgo son la psicopatología paterna, el que uno de los progenitores sufra ansiedad, depresión o alcoholismo, las prácticas inadecuadas de crianza y educación, la interacción impropia entre los padres y el hijo, la conflictividad en la familia y el maltrato9. Como factores prenatales y perinatales: ansiedad y estrés materno durante el embarazo, consumo de sustancias y bajo peso al nacer. También son factores de riesgo, enfermedades pediátricas crónicas, como la epilepsia10 o la pubertad precoz11. Además, influyen: la adversidad social, la inhibición conductual, el estrés (life events) y la alta emotividad12.
EVALUACIÓN CLÍNICA Y ANAMNESIS
Es necesaria una detallada anamnesis13 con una historia clínica sistemática y minuciosa, que se complementa con entrevistas clínicas semiestructuradas con el niño, los padres y otros informantes (Children’s Anxiety Evaluation Form [CAEF], Worry Interview for Children [WIC]), y con las escalas de evaluación específicas correspondientes: State-Trait Anxiety Inventory for Children (STAIC), Inventario de Beck para niños y adolescentes-2 (BAI-Y), Revised Children’s Manifest Anxiety Scale (RC-MAS), Multidimensional Anxiety Scale for Children (MASC), The Children’s Manifest Anxiety Scale (CMAS), General Anxiety Scale for Children (GASC), Anxiety Disorders Interview Schedule for DSM-IV: Child and Parent Versions (ADIS for DSMIV-C/P), Picture Anxiety Test (PAT), DSM-5-Medida Transversal-Niños, Sense of Coherence (SOC), Strengths and Difficulties Questionnaire, emotional subescale (SDW-em), Social Phobia and Anxiety Inventory for Children (SPAI-C) y Selective Mutism Questionnaire (SMQ).
La clínica varía con la edad y desarrollo cognitivo y emocional del niño o adolescente14. En los niños pequeños hay inquietud motriz, trastornos del sueño, llanto inmotivado, pérdida de apetito, dolores abdominales, cefaleas, temores irreprimibles, dudas y negativa a separarse de los padres. Con posterioridad hay expresión verbal de la angustia, miedos y temores. Las dificultades de atención y concentración, la lentitud de pensamiento y los problemas de memoria son síntomas de la etapa escolar. Los niños más mayores y los adolescentes manifiestan angustia, dolor torácico, temores irreprimibles, obsesiones, rituales, inhibición motriz (hablar o moverse), temor al contacto social, síntomas de despersonalización (implica extrañeza respecto al propio yo y sensación interna de vacío) y sentimientos de desrealización (percibe el mundo circundante como si no existiera, como si no fuera real y no tuviera vida)15.
CRITERIOS DIAGNÓSTICOS
Los criterios diagnósticos del DSM-5 se emplean como guía. Su utilización debe regirse siempre por el juicio clínico.
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
El diagnóstico diferencial debe realizarse principalmente con la ansiedad “normal”, la depresión, la timidez excesiva, la esquizofrenia, los trastornos del espectro autista, el síndrome de Asperger, el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), el trastorno bipolar y los trastornos de conducta. La ansiedad forma parte del cuadro clínico de la mayoría de los trastornos psiquiátricos y de numerosas enfermedades13, y también puede deberse a medicamentos.
TRASTORNO DE ANSIEDAD POR SEPARACIÓN
Miedo o ansiedad excesiva e inapropiada para el nivel de desarrollo del individuo concerniente a su separación de aquellas personas por las que siente apego, puesta de manifiesto por al menos tres de las siguientes circunstancias:
El miedo, la ansiedad o la evitación son persistentes, duran al menos cuatro semanas en niños y adolescentes y seis meses en los adultos.
La alteración causa malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, académico, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.
La alteración no se explica mejor por otro trastorno mental, trastorno del espectro autista (rechazo a irse de casa por resistencia excesiva al cambio), delirios o alucinaciones concernientes a la separación en trastornos psicóticos, rechazo a salir sin alguien de confianza en la agorafobia, preocupación por una salud enfermiza u otro daño que pueda suceder a los allegados, trastorno de ansiedad generalizada o trastorno de ansiedad por enfermedad.
MUTISMO SELECTIVO
FOBIA ESPECÍFICA
Especificar en base al estímulo fóbico:
TRASTORNO DE ANSIEDAD SOCIAL (FOBIA SOCIAL)
TRASTORNO DE PÁNICO
El ataque de pánico no es un trastorno mental y no se puede codificar. Los ataques de pánico se pueden producir en cualquier trastorno de ansiedad, así como en otros trastornos mentales (trastornos depresivos, trastorno de estrés postraumático, trastorno por consumo de sustancias) y en algunas afecciones médicas (cardiacas, respiratorias, vestibulares, gastrointestinales). Cuando se identifica la presencia de un ataque de pánico se ha de anotar como un especificador (por ejemplo, trastorno de estrés postraumático con ataques de pánico). En el trastorno de pánico, la presencia de un ataque de pánico está contenida en los criterios para el trastorno y el ataque de pánico no se utiliza como un especificador.
AGORAFOBIA
Se diagnostica agorafobia independientemente de la presencia de trastorno de pánico. Si la presentación en un individuo cumple los criterios para el trastorno de pánico y agorafobia, se asignarán ambos diagnósticos.
TRASTORNO DE ANSIEDAD GENERALIZADA
TRASTORNO DE ANSIEDAD INDUCIDO POR SUSTANCIAS O MEDICAMENTOS
Solo se hará este diagnóstico en lugar de un diagnóstico por intoxicación por sustancias o abstinencia de sustancias cuando los síntomas de pánico o ansiedad predominen en el cuadro clínico y cuando sean suficientemente graves para justificar la intervención clínica.
Nota de codificación: se utilizarán para el procedimiento de registro los códigos CIE-9-MC y CIE-10-MC para los trastornos de ansiedad inducidos por sustancia/medicamento específico y se especificará si el inicio fue durante la intoxicación, durante la abstinencia o después del consumo de medicamentos.
TRASTORNO DE ANSIEDAD DEBIDO A OTRA AFECCIÓN MÉDICA
Nota de codificación: incluir el nombre de la otra afección médica en el nombre del trastorno mental. La otra afección médica se codificará y anotará por separado inmediatamente antes del trastorno de ansiedad debido a la afección médica.
OTRO TRASTORNO DE ANSIEDAD ESPECIFICADO
Se aplica a presentaciones en las que predominan síntomas característicos de un trastorno de ansiedad que causan malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, académico, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento, pero que no cumplen todos los criterios de ninguno de los trastornos de la categoría diagnóstica de los trastornos de ansiedad. La categoría de otro trastorno de ansiedad especificado se utiliza en situaciones en las que el médico opta por comunicar el motivo específico por el que la presentación no cumple los criterios de un trastorno de ansiedad. Esto realiza registrando “otro trastorno de ansiedad especificado” seguido del motivo específico como:
OTRO TRASTORNO DE ANSIEDAD NO ESPECIFICADO
Se aplica a las presentaciones en las que predominan los síntomas característicos de un trastorno de ansiedad que causan malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, académico, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento, pero que no cumplen todos los criterios de ninguno de los trastornos de la categoría diagnóstica de los trastornos de ansiedad. La categoría de otro trastorno de ansiedad no especificado se utiliza en situaciones en las que el médico opta por no especificar el motivo de incumplimiento de los criterios de un trastorno de ansiedad específico, e incluye presentaciones en las que no existe suficiente información para hacer un diagnóstico más específico (por ejemplo, en servicios de urgencias).
COMORBILIDAD
Los trastornos comórbidos son frecuentes16. La comorbilidad es más notable en el género femenino17. Se estima que la tasa de comorbilidad en muestras de población general en niños es del 39% y en los adolescentes del 14%, elevándose hasta el 50% en muestras clínicas18. Los trastornos comórbidos más frecuentes, en orden de frecuencia son: otros trastornos de ansiedad, la depresión y los trastornos de conducta.
TRATAMIENTO
El tratamiento es siempre individualizado19. Comprende terapia cognitivo-conductual (TCC) y psicoeducación familiar en los grados ligero o moderado, asociándose fármacos si no mejora o es de grado grave.
La medicación, solo está indicada cuando la clínica provoca una importante disfunción y a partir de los 6 años20, incluye fármacos de primera línea: Inhibidores de la recaptación de la serotonina (ISRS); de segunda línea: antidepresivos duales (Duloxetina); de tercera línea: antidepresivos tricíclicos, benzodiacepinas, buspirona, alfa-adrenérgicos y bupropion.
Respecto al abordaje terapéutico siempre hay que valorar gravedad del cuadro clínico, tiempo de evolución, comorbilidad, edad y grado de desarrollo del paciente, factores familiares y psicosociales y tratamientos anteriores.