ANOMALÍAS VASCULARES CONGÉNITAS
Las anomalías vasculares congénitas abarcan un grupo variado de entidades que pueden estar presentes al nacimiento o detectarse en los primeros meses de vida. En ocasiones estas anomalías tardan años en hacer su presentación clínica.
En 1992 se crea la International Society for the Study of Vascular Anomalies (ISSVA) para unificar las clasificaciones existentes hasta el momento, así como su nomenclatura. En 2014 se revisa y actualiza la clasificación de las anomalías vasculares congénitas. Se dividen en dos grupos: tumores vasculares y malformaciones vasculares. La última revisión se realizó en mayo de 20181.
HEMANGIOMA INFANTIL
Tumor vascular
Hemangioma infantil (HI)[D]
Fases evolutivas[E]
Clasificación:
Asociación con otras malformaciones[H]
HEMANGIOMA INFANTIL
FASES EVOLUTIVAS DEL HEMANGIOMA
En el hemangioma infantil se diferencian tres fases evolutivas2,4,5:
CLASIFICACIÓN DE LOS HEMANGIOMAS SEGÚN LA PROFUNDIDAD
Los hemangiomas infantiles se pueden clasificar, según la profundidad2,4,5 a la que se sitúe la proliferación vascular en la dermis, en:
CLASIFICACIÓN DE LOS HEMANGIOMAS SEGÚN SU FORMA O PATRÓN DE DISTRIBUCIÓN
Los hemangiomas se clasifican según su forma o patrón de distribución2,4,5 en:
SÍNDROMES ASOCIADOS
Se han descrito dos síndromes asociados a los hemangiomas infantiles, especialmente los localizados en la cabeza, el cuello y la región lumbosacra. En estos síndromes hay malformaciones estructurales subyacentes asociadas a los hemangiomas2,4,5:
MALFORMACIONES VASCULARES
Las malformaciones vasculares2,6 son lesiones benignas, no tumorales, formadas por vasos displásicos que están presentes al nacimiento, aunque en ocasiones tardan semanas, meses o años en manifestarse clínicamente. Generalmente permanecen estables o crecen con el desarrollo del niño, pudiendo aumentar de tamaño de forma brusca por traumatismos, infecciones o cambios hormonales, como puede ocurrir en la pubertad o durante el embarazo. La presentación clínica es muy variable, desde una mancha asintomática, que se presenta como un simple defecto estético, a lesiones agresivas de alto flujo, con capacidad destructiva, o lesiones que ponen en peligro la vida por su localización o complicaciones. La evolución natural de las lesiones es aumentar de tamaño y de grosor con el paso el tiempo.
Las malformaciones vasculares se clasifican, en función del vaso dominante, en malformaciones simples o combinadas1. La correcta clasificación de las anomalías vasculares facilita la elección de la técnica diagnóstica y el tratamiento más adecuado, así como el seguimiento por equipos multidisciplinares, con el fin de obtener los mejores resultados terapéuticos, ya que en ocasiones no es posible conseguir la curación total.
No debemos utilizar el sufijo “oma” ya que no son verdaderas lesiones proliferativas y no expresan marcadores indicativos de proliferación como los que presenta el hemangioma infantil en su primera fase proliferativa. Por tanto, no debemos referirnos a las malformaciones vasculares con el termino angioma, linfangioma o hemangioma, ya que son incorrectos.
SIMPLE[Q]
Capilar[R]
Venosa[S]
Linfática[T]
Arteriovenosa[U]
COMBINADA[V]
Capilar-venosa
Capilar-linfática
Capilar-arteriovenosa
Linfática-venosa
Capilar-linfática-venosa
Capilar- linfática-arteriovenosa
Capilar-venosa- arteriovenosa
Capilar-linfática-venosa-arteriovenosa
MALFORMACIONES VASCULARES SIMPLES
MALFORMACIÓN CAPILAR
La malformación capilar es la malformación vascular cutánea más frecuente. Entre otras, podemos encontrar:
MALFORMACIÓN VENOSA
MALFORMACIÓN LINFÁTICA
Es la segunda malformación vascular más frecuente. El aspecto clínico varía en función de la localización, si es superficial o profunda, y del tamaño. Lo habitual es que se detecte en los 2 primeros años de vida como una tumoración blanda localizada en la cabeza y el cuello. El crecimiento suele acompañar al crecimiento del niño, pudiendo presentar cambios más llamativos en la adolescencia. En ocasiones se asocian a síndromes como el de Turner, Noonan o Down.
La malformación linfática puede ser:
Precisan tratamiento multidisciplinar, según su tamaño, localización y extensión (drogas antiangiogénicas, tratamiento percutáneo con agentes esclerosantes, cirugía, láser…).
MALFORMACIÓN ARTERIOVENOSA
MALFORMACIÓN VASCULAR COMBINADA
DIAGNÓSTICO DE LAS MALFORMACIONES VASCULARES
El diagnóstico2,6 de la malformación vascular es fundamentalmente clínico. La malformación capilar tipo mancha salmón (beso del ángel, picotazo de la cigüeña…) no precisa la realización de ninguna prueba de imagen para su diagnóstico, ni un seguimiento especial, ya que son lesiones benignas y la gran mayoría de ellas desaparecen entre el primer y el tercer año de vida. En el resto de las malformaciones, en ocasiones, el diagnóstico clínico es poco claro o insuficiente y se precisan estudios de imagen, por lo que se recomienda seguimiento por equipos multidisciplinares. Estos profesionales realizarán un diagnóstico preciso de la malformación vascular tras su estudio, indicando así el tratamiento más efectivo para cada paciente
DIAGNÓSTICO DEL HEMANGIOMA
SÍNDROME PHACES
Ante la posibilidad de un síndrome PHACES estaría indicado realizar un estudio multidisciplinar, que incluya:
SÍNDROME PELVIS/SACRAL/LUMBAR
Ante la posibilidad de un síndrome PELVIS/SACRAL/LUMBAR estaría indicado un estudio multidisciplinar, que incluya:
Diagnóstico[I] clínico
Confirmación: técnicas de imagen (ecografía y eco Doppler)
Valoración de asociaciones:
TRATAMIENTO[L]
En función del riesgo de secuelas y complicaciones (Tabla 1)
TRATAMIENTO DEL HEMANGIOMA
Los objetivos del tratamiento2,4,5 del hemangioma son evitar riesgo funcional o vital, minimizar las secuelas estéticas, evitar tratamientos invasivos, minimizar el estrés psicosocial del paciente y la familia y el manejo adecuado de las complicaciones (ulceración, dolor, sangrado, cicatriz y sobreinfección).
Los factores que influyen en la elección del tratamiento, teniendo siempre en cuenta la experiencia del profesional y la preferencia de los padres, son: edad del paciente, fase de crecimiento de la lesión, localización y tamaño, grado de afectación cutánea, gravedad de las complicaciones, urgencia de la intervención y posibles consecuencias psicosociales (Tabla 1).
Antes de iniciar el tratamiento se recomienda realizar una historia clínica personal y familiar detallada, evaluar el riesgo del hemangioma (Tabla 1), y realizar una exploración física para descartar problemas cardiovasculares y pulmonares. No se considera necesario realizar una evaluación exhaustiva cardiológica en pacientes asintomáticos sin patología cardiaca previa.
TRATAMIENTO DE LAS MALFORMACIONES VASCULARES
El tratamiento2,6 multidisciplinar, llevado a cabo por dermatólogos, pediatras, radiólogos, cirujanos generales, cirujanos plásticos, oftalmólogos, hematólogos…, facilita la elección de la mejor opción, entre los múltiples tratamientos propuestos, para estos pacientes con anomalías vasculares congénitas.
El pediatra de Atención Primaria tiene un papel fundamental en la detección precoz de las anomalías vasculares pues realiza exploraciones completas, durante los primeros meses de vida, en los controles de salud infantil.
PROPANOLOL
El tratamiento de elección del hemangioma infantil, desde 2008, es el propranolol por vía oral. Su eficacia es superior a cualquier otro tratamiento y en cualquier localización. No existe una forma estandarizada de iniciar el tratamiento. Se aconseja seguir la pauta recomendada por el grupo de expertos recogida en el consenso español sobre el hemangioma infantil4 . Recomiendan iniciarlo entre las 5 semanas y los 5 meses de vida. En la mayoría de los casos se hará de forma ambulatoria. La dosis inicial recomendada es 1 mg/kg/día, administrada en dos dosis. La dosis diaria se aumentará progresivamente hasta llegar a la dosis terapéutica de 3 mg/kg, si no hay respuesta. La duración del tratamiento recomendada es de 6-9 meses. La primera administración en cada cambio de dosis debe realizarse bajo observación ambulatoria, monitorizando la frecuencia cardiaca y la presión arterial. Es recomendable administrarlo durante la alimentación del niño o inmediatamente después, para evitar hipoglucemia.
Es prioritario el tratamiento de hemangiomas potencialmente mortales o que ponen en peligro la capacidad funcional (localizados en la vía aérea, que comprometen la visión o la alimentación, y los de gran tamaño, que puedan causar insuficiencia cardiaca), el hemangioma ulcerado con dolor o la ausencia de respuesta a las medidas básicas de cuidados de heridas, con riesgo de secuelas permanentes (tejido fibroadiposo, piel redundante o telangectasias) o desfiguración (los localizados en glabela, punta nasal o labios).
Está contraindicado el tratamiento del hemangioma con propranolol en pacientes que presentan hipersensibilidad conocida al fármaco, patología cardiovascular (bradicardia sinusal, hipotensión, bloqueo cardiaco de primer grado o mayor, insuficiencia cardiaca…), asma o hiperreactividad de la vía aérea. Se recomienda precaución, por ser pacientes de alto riesgo, en el síndrome PHACES con anomalías vasculares intracraneales.
Los efectos secundarios más frecuentes del propranolol son las alteraciones del sueño (agitación, insomnio o pesadillas), extremidades frías, diarrea e hiperreactividad bronquial. Menos frecuentes son bradicardia, hipotensión e hipoglucemia grave4,5 .
TIMOLOL
OTROS TRATAMIENTOS DEL HEMANGIOMA