Tumefacción articular. La tumefacción se define como el aumento de volumen local debido a inflamación, edema o tumor. Cuando esta se presenta sobre una articulación puede ser difícil diferenciar su origen (piel, tejido celular subcutáneo, músculo, partes blandas o derrame sinovial). Para alcanzar el diagnóstico es fundamental realizar una adecuada anamnesis y exploración física; en ocasiones, la ecografía puede ser determinante para diferenciar la inflamación de tejidos blandos periarticulares del derrame sinovial.
Anamnesis. Es fundamental para orientar el diagnóstico. Para recordar qué variables hay que preguntar es útil el acrónimo “SOCRATES”: Site, Onset, Character, Radiation, Associated symptoms, Time course, Exacerbating/relieving factors and Severity1. Ver Anexo B1 (anamnesis) y Anexo B2 (exploración)2.
ANEXO B1. Anamnesis.
ANEXO B2. Exploración.
Debe ser sistemática y completa.
Existe eritema y aumento de temperatura en celulitis, erisipela, artritis sépticas y osteomielitis con afectación de partes blandas; característicamente suelen estar ausentes en artritis inflamatorias.
Hay lesiones que sugieren la etiología (petequias/púrpura en púrpura de Schönlein-Henoch, habones en urticarias, exantemas en infecciones virales, heridas en celulitis e infecciones osteoarticulares). Otras son diagnósticas (eritema en alas de mariposa para lupus, pápulas de Gottron para dermatomiositis).
Los soplos, roce pericárdico o auscultación pulmonar patológica son sugestivos de fiebre reumática, enfermedades autoinmunes sistémicas e infecciones. Las adenopatías y hepatoesplenomegalia sugieren patología infecciosa, reumatológica o tumoral.
La exploración del aparato locomotor debe valorar la presencia de tumefacción articular, dolor o limitación de la movilidad incluyendo flexos.
Sospecha de etiología tumoral. La artritis secundaria a procesos tumorales (neuroblastoma, leucemia) es poco frecuente, aunque extremadamente dolorosa. Habitualmente afecta a múltiples metáfisis ya que están más vascularizadas, localizando los niños el dolor a nivel articular.
Analítica alterada. Dado que el número de plaquetas aumenta cuando existe inflamación sistémica la discrepancia entre la cifra de plaquetas (trombocitopenia) y los reactantes de fase aguda (elevados) debe ser tomada con cautela, pues puede sugerir un fallo medular sugerente de leucemia5. La elevación de LDH y aparición de blastos en sangre periférica pueden ser datos tardíos de leucemia, por lo que una analítica inicial normal no la descarta. La asociación citopenias + dolor articular intenso obliga a considerar un proceso oncológico.
Datos de alarma. La fiebre/febrícula, astenia, anorexia, pérdida de peso o sudoración nocturna sugieren una neoplasia. También se debe valorar la presencia de hepatoesplenomegalia, adenopatías de tamaño y/o localización patológica, dolor intenso que despierta por la noche refractario al tratamiento convencional, así como la desproporción entre el dolor (sin ser alodinia) percibido por el paciente y la exploración objetiva del mismo4.
Artritis. La artritis se define por la presencia de derrame sinovial o de limitación dolorosa de la movilidad de una articulación. No debe confundirse con artralgia, en la que solo existe dolor sin tumefacción articular ni limitación de la movilidad. La ecografía confirma la presencia de artritis, aunque no diferencia su etiología3.
Traumatismo. Debe anteceder la clínica con un intervalo libre de pocas horas y ser compatible con la exploración. Representa la causa más frecuente de dolor músculoesquelético tanto en atención primaria como en la urgencia pediátrica10,11.
Número de articulaciones:
Bursitis, tumores óseos, osteonecrosis/osteocondrosis:
Pruebas complementarias. Se deben realizar si existe sospecha de malignidad, infección o proceso inflamatorio, incluyendo hemograma, reactantes de fase aguda (velocidad de sedimentación y proteína C reactiva) y bioquímica con LDH. La determinación de anticuerpos antinucleares (ANA) y factor reumatoide (FR) no está indicada como cribado de enfermedad reumática por su bajo valor predictivo positivo9.
Sospecha de infección osteoarticular. Toda monoartritis en menores de 3 años debe considerarse una artritis séptica hasta que se demuestre lo contrario. Se debe tener un alto índice de sospecha ya que puede no acompañarse de fiebre y presentar mínimas elevaciones de reactantes de fase aguda6,7,8. El antecedente de traumatismo no descarta una infección.
Derivación al hospital. Deben ser derivados al hospital aquellos pacientes con:
Artritis idiopática juvenil. Es la enfermedad reumática crónica más frecuente en la edad pediátrica (1/2000). Es un diagnóstico clínico de exclusión que requiere la presencia de artritis crónica (de más de 6 semanas de evolución) en un paciente menor de 16 años en quien se han descartado razonablemente otras posibles etiologías. Es una entidad heterogénea, que comprende siete categorías diferentes atendiendo al número de articulaciones (≤4 o ≥5), su localización (periférica o axial), presencia de factor reumatoide, asociación de clínica sistémica o psoriasis. La rigidez matutina es un dato orientativo. La presencia de discrepancia de longitud de miembros inferiores y/o hipotrofia muscular orientan a semanas de evolución de la artritis.
Artritis vírica, fiebre reumática, otras:
Urticaria, púrpura de Schönlein-Henoch (PSH), celulitis:
Fractura/epifisiolisis. Las epifisiolisis son fracturas genuinamente pediátricas, ya que afectan a la placa de crecimiento. Se clasifican en diferentes grados según la afectación de la metáfisis y la epífisis. Deben ser derivadas para valoración por Traumatología.
Contusión/esguince. Según su intensidad, se ha de valorar hacer una inmovilización con vendaje compresivo y/o analgesia.