Disfagia
DISFAGIA CON FIEBRE. La infección faríngea, orofaríngea o de vías respiratorias superiores debe de orientar nuestra evaluación3,5.
-Epiglotitis: rápida progresión del cuadro, disfagia con babeo, fiebre elevada, odinofagia, sensación de angustia intensa y posición sentada con el cuello en extensión y la barbilla hacia adelante.
-Absceso periamigdalino: sialorrea con babeo y disfagia, amígdalas inflamadas con úvula desviada al lado opuesto y abultamiento del paladar blando.
-Absceso retrofaríngeo: disfagia, odinofagia, babeo, dolor a la extensión del cuello, tortícolis e incluso dificultad respiratoria con estridor y aparición de una masa con hinchazón del cuello y adenopatías.
-Mediastinitis: fiebre, severo dolor subesternal, crepitación después de una ingesta de cáusticos, cuerpo extraño esofágico o tras procedimiento endoscópico.
-Síndrome de Stevens-Johnson: ampollas y lesiones exfoliativas de la piel y mucosas, probablemente por reacción a fármaco.Presentan disfagia por descamación de la mucosa orofaríngea. La presencia de fiebre puede ser variable.
-Tiroiditis supurativa aguda: bocio junto con compromiso respiratorio. La presencia de fiebre puede ser variable.
-Meningitis, encefalitis o abscesos cerebrales: pueden presentar embotamiento o coma, con pérdida de reflejo nauseoso y disfagia. La meningitis bacteriana suele presentar fiebre con signos clínicos de inflamación meníngea con náuseas, vómitos, irritabilidad, anorexia, dolor de cabeza, confusión, dolor de espalda y rigidez de nuca. La encefalitis suele tener fiebre, alteraciones del estado mental, convulsiones y/o signos neurológicos focales.
-Alteración de la deglución de un trastorno neurológico crónico (por ejemplo, parálisis cerebral, lesión cerebral traumática): requieren descartar neumonía por aspiración.
-Poliomielitis: sospechar ante viaje reciente junto a diarrea, debilidad proximal más en piernas que en brazos, disfagia, disartria y dificultad para manejar las secreciones. La fiebre puede ser variable.
-Tétanos: disfagia y trismos con rigidez de nuca, opistótonos y risa sardónica. Las contracciones son intensamente dolorosas para el enfermo y pueden ser desencadenadas por fuertes ruidos, contacto físico o incluso la luz.
-Difteria: La presencia de seudomembrana en la exploración orofaríngea junto a odinofagia y viaje reciente debe ponernos alerta. Puede existir toxicidad neurológica que produce una deglución no coordinada con disfagia.
DISFAGIA SIN FIEBRE. Debe de plantearnos en primer lugar la sospecha de cuerpo extraño, ingesta de cáusticos o quemadura esofágica; salvo que el paciente presente sintomatología neurológica crónica (parálisis cerebral, lesión cerebral traumática, enfermedades desmielinizantes, miopatías congénitas...) en cuyo caso pensaremos en mala coordinación de la deglución o accidente cerebrovascular3,5.
-Cuerpo extraño esofágico: suele haber sialorrea e incapacidad para la ingesta de líquidos y pueden aparecer síntomas respiratorios como estridor, sibilancias y sensación de asfixia.
-Ingesta de cáusticos: suele haber disfagia con babeo, quemazón oral, dolor retroesternal o abdominal, hematemesis y sintomatología respiratoria.
-Traumatismo orofaríngeo: sangrado oral, herida de punción, o laceración.
-Reacción distónica: disfagia intermitente en asociación con crisis oculógiras, disartria, "trismus" o tortícolis.
-Esofagitis o reflujo gastroesofágico: disfagia que se agrava mientras el paciente ingiere alimentos.
-Enfermedad reumatológica: (esclerosis juvenil sistémica, dermatomiositis): rash en heliotropo, pápulas de Gottron, debilidad en miembros, artritis o artralgias.
-Miastenia gravis: puede presentar disfagia además de síntomas oculares, como ptosis o diplopía.
-Anillo vascular o compresión extrínseca: pensar ante lactantes menores de un año con disfagia, vómitos y dificultades en la alimentación.
-Tumores del sistema nervioso central: pueden cursar con alteraciones de los pares craneales, con la aparición de síntomas como disfagia, babeo, diplopía y parálisis facial.
-Perforación esofágica: antecedente de procedimientos endoscópicos junto a disfagia con dolor en cuello o tórax con disnea y hematemesis o enfisema subcutáneo.
Disfagia para sólidos o para líquidos y sólidos5.
Inicio de los síntomas (puede ayudar en el diagnóstico diferencial)1.
La derivación a atención especializada será necesaria en la mayoría de los casos, ya sea para completar estudio o para seguimiento o tratamiento quirúrgico. Así, según la sospecha diagnóstica se podrá realizar derivación a Gastroenterología, Neurología, Reumatología, Otorrinolaringología o Cirugía Maxilofacial.
Hay pocas pruebas de imagen que se pudieran considerar de primer nivel y por tanto realizarlas sin necesidad de derivación a atención especializada5.