ENFERMEDAD CELIACA
La enfermedad celiaca es una enfermedad sistémica mediada inmunológicamente, desencadenada por la ingesta de gluten y prolaminas relacionadas (secalinas, hordeínas y, posiblemente, aveninas), en individuos genéticamente predispuestos. Se caracteriza por la presencia de manifestaciones clínicas variables, anticuerpos específicos, haplotipos del Antígeno Leucocitario Humano (HLA) DQ2 o DQ8 y enteropatía1.
CRIBADO. PERSONA DE RIESGO ASINTOMÁTICA
En la enfermedad celiaca no se recomienda el cribado poblacional. Este solo se realizará en los siguientes grupos de riesgo2:
SOSPECHA DE ENFERMEDAD CELIACA. PERSONA SINTOMÁTICA
La presencia de síntomas de sospecha de enfermedad celiaca orientará al estudio de confirmación diagnóstica.
Las formas clínicas más frecuentes de presentación en los primeros años del niño son: el síndrome de malabsorción, el fallo de medro, la talla baja y la ferropenia; en edades más avanzadas predominan los síntomas extraintestinales (Tabla 3)8.
Tabla 3. Manifestaciones clínicas de la enfermedad celiaca |
Síntomas gastrointestinales: |
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Síntomas extraintestinales: |
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SEGUIMIENTO
El seguimiento del enfermo celiaco debe hacerse de forma multidisciplinar e individualizada, según los recursos disponibles, y debe ser realizado por profesionales con conocimiento de la enfermedad. Inicialmente, tras la confirmación diagnóstica y hasta que la enfermedad celiaca cumpla los criterios de buen control, el seguimiento debe ser hospitalario, en una Unidad de Gastroenterología Pediátrica con pediatra gastroenterólogo y enfermera/nutricionista con conocimientos de la enfermedad, cada 3-6 meses y hasta al menos 2 años desde la instauración de la dieta sin gluten. Posteriormente, el control se podrá realizar en Atención Primaria, si la enfermedad celiaca está controlada (ver apartado [R]). En todo momento el seguimiento del paciente celiaco debe ser multidisciplinar, con la participación de pediatra gastroenterólogo, enfermería con conocimientos en enfermedad celiaca, pediatra de Atención Primaria y nutricionista/dietista10,15,16.
ANTÍGENO LEUCOCITARIO HUMANO (HLA)
La genética tiene un papel importante en el cribado, debido a su alto valor predictivo negativo (más del 95% de los pacientes celiacos presentan un haplotipo DQ2 o DQ8). Sin embargo, su valor predictivo positivo no es tan bueno (entre el 25-30% de la población sana presenta también uno de dichos haplotipos).
Ser portador homocigoto DQ2 es el factor de mayor riesgo para desarrollar enfermedad celiaca, con incidencias acumuladas a los 3, 4 y 5 años respectivamente del 14,9%, 23,9% y 26,9%. Otro factor de riesgo importante es el sexo femenino: la incidencia acumulada a los 5 años en las niñas DQ2 homocigotas es del 45%3.
La tipificación HLA se puede considerar como una prueba de primera línea para el cribado de grupos de riesgo, aunque no siempre hay disponibilidad en Atención Primaria. No obstante, en cada zona deberá ser consensuado con la unidad de Gastroenterología de referencia el procedimiento a seguir. Es una prueba recomendable en el cribado, aunque no imprescindible.
Las pruebas de cribado inicial en los grupos de riesgo son:
REQUISITOS PARA EL DIAGNÓSTICO DE ENFERMEDAD CELIACA
Según los últimos criterios de la ESPGHAN de 2020, el diagnóstico de enfermedad celiaca puede realizarse en individuos sintomáticos con determinación de anticuerpos IgA antitransglutaminasa 2 por encima de 10 veces el límite superior de la normalidad, siempre y cuando se cumplan los siguientes requisitos1:
ENFERMEDAD CELIACA CONTROLADA Y COMORBILIDADES
No existe ningún marcador específico que indique que la enfermedad celiaca esté controlada. Se considerará controlada si cumple los siguientes requisitos10,16:
La presencia de comorbilidades (diabetes mellitus tipo1, déficit de IgA, hepatitis autoinmune, tiroidopatía) requerirá del seguimiento continuado en la Unidad de Gastroenterología Pediátrica.
CRIBADO SEROLÓGICO
El cribado serológico de enfermedad celiaca en las enfermedades autoinmunes de riesgo de enfermedad celiaca (diabetes mellitus tipo 1, tiroiditis autoinmune, hepatopatía autoinmune) debe realizarse directamente con la determinación de IgA total y de anticuerpos tipo IgA contra la transglutaminasa tisular (IgA-TG2), generalmente durante el seguimiento hospitalario de la enfermedad de base, con una periodicidad anual o bianual o antes si presenta síntomas compatibles.
El segundo grupo de cribado corresponde a los familiares del paciente celiaco (hermanos, padres e hijos y, en el caso de existir más de dos familiares afectos, se ampliará también a primos, tíos, nietos y abuelos) y las personas con alteraciones cromosómicas (síndrome de Down, síndrome de Turner y síndrome de Williams). El cribado de enfermedad celiaca en estos casos es recomendable que se efectúe en Atención Primaria. En el caso de familiares, debe iniciarse en el momento en que se diagnostique la enfermedad en el caso índice o en torno a los 12-18 meses de vida, y siempre asegurando que se realiza una ingesta de gluten normal, pues cuando ya existe un familiar celiaco, la ingesta de gluten en la familia puede ser menor y existe el riesgo de un falso negativo de la serología4.
En el cribado de pacientes con déficit de IgA (<7 mg/dl, en mayores de 3 años) se determinarán los anticuerpos antitransglutaminasa tisular de tipo IgG (IgG-TG2). La positividad de los anticuerpos IgG-TG2 será motivo de derivación a la consulta de Gastroenterología Pediátrica para confirmación de enfermedad celiaca. Debe tenerse en cuenta que en niños pequeños pueden existir cifras descendidas de IgA debido a un retraso madurativo, por lo que se recomienda confirmar la existencia de un auténtico déficit de IgA en una segunda determinación a los 3-4 años5.
CONSIDERAR FALSOS NEGATIVOS
En los casos de sospecha clínica de enfermedad celiaca con resultado negativo de la serología debe descartarse la posibilidad de falsos negativos de anticuerpos antitransglutaminasa 2, como pueden ser: la baja ingesta de gluten, el tratamiento inmunosupresor, la dermatitis herpetiforme o el déficit de IgA.
En el caso de que los valores de IgA sean bajos, se determinarán anticuerpos antitransglutaminasa 2 y antiendomisio de tipo IgG. Si el resultado de ambos es negativo y se ha descartado la posibilidad de falsos negativos, se determinará el HLA DQ2/DQ8. El resultado positivo de este marcará la necesidad de seguimiento clínico. Si el resultado HLA fuera negativo se descarta la enfermedad celiaca1.
SEGUIMIENTO POR ATENCIÓN PRIMARIA
En el caso de enfermedad celiaca controlada y sin comorbilidades, se puede consensuar continuar el seguimiento en Atención Primaria (AP)
Durante el seguimiento en AP puede ser necesario derivar a una unidad hospitalaria en los siguientes casos1:
NEGATIVIDAD DE HLA DE RIESGO Y DE ANTICUERPOS ANTITRANSGLUTAMINASA
En el caso de que tanto el HLA DQ2/DQ8 como los anticuerpos antitranglutaminasa 2 sean negativos, solo se repetirá el estudio serológico si apareciera clínica sugerente de enfermedad celiaca, sin necesidad de repetir el estudio HLA DQ2/DQ8.
SOSPECHA DE ENFERMEDAD CELIACA. DERIVACIÓN A LA CONSULTA DE GASTROENTEROLOGÍA PEDIÁTRICA
Si existen síntomas de sospecha de enfermedad celiaca y los anticuerpos IgA antitransglutaminasa 2 son positivos, el paciente será derivado a la consulta de Gastroenterología Pediátrica para confirmación diagnóstica, junto con la determinación simultánea o posterior de anticuerpos IgA antiendomisio.
ACTIVIDADES Y CRONOGRAMA DE SEGUIMIENTO
Durante el seguimiento del paciente celiaco en Atención Primaria o en una Unidad de Gastroenterología Pediátrica deben llevarse a cabo las actividades reflejadas en la Tabla 6.
Tabla 6. Cronograma y actividades de seguimiento del paciente con enfermedad celiaca |
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Actividades |
Cronograma |
Cribado de familiares |
Al diagnóstico y, posteriormente, cada 2 años o en base al HLA |
Evaluación clínica, antropométrica y nutricional |
En cada visita |
Educación sobre la dieta sin gluten (Intervenciones educativas sobre esta dieta, etiquetado, comida fuera de casa, evitación de contacto cruzado para familias y centros educativos, contacto con la asociación local de celiacos) |
Al diagnóstico y en cada visita |
Control serológico de anticuerpos antitransglutaminasa |
Anual |
Analítica (TSH, vitamina D, ácido fólico, vitamina B12, metabolismo férrico, transaminasas, hemograma) |
Anual. Parámetros nutricionales de forma individualizada. |
Estudios de salud ósea (fósforo, calcio, fosfatasa alcalina, PTHi y densitometría ósea) |
Sólo si cumple indicación* |
Tratamiento de déficits nutricionales |
Al diagnóstico o cuando se detecte |
Detección de comorbilidades |
En cada visita |
Monitorización de anticuerpos anti-Hbs y adaptación del calendario vacunal |
Al diagnóstico. Revacunación frente al virus de la hepatitis B tras la negativización de los anticuerpos antitransglutaminasa, si precisa |
Monitorizar la adherencia a la dieta sin gluten y la calidad nutricional de la dieta |
En cada visita |
Monitorizar la calidad de vida |
En cada visita |
*Indicaciones de estudio de salud ósea11:
Una vez controlada la enfermedad celiaca (negativización serológica, generalmente un año después del debut) deberá comprobarse el estado serológico de anticuerpos anti-Hbs y se revacunará frente a hepatitis B en caso de presentar titulación menor de 10 mUI/ml. Para la pauta de revacunación se pueden realizar dos opciones de inmunización17:
Para el resto de inmunizaciones, en el paciente celiaco bien controlado y que no asocie otras comorbilidades, las recomendaciones de vacunación son similares a las de la población general. Los pacientes celiacos que no realizan de forma estricta la dieta sin gluten o que no han negativizado los anticuerpos antitransglutaminasa presentan una situación de hipoesplenismo funcional, que los hace susceptibles de padecer infecciones bacterianas por microorganismos capsulados, por lo que son recomendables las vacunaciones antineumocócica y antimeningocócica (B, ACWY). También se recomienda la vacunación antigripal anual18.
Existe la posibilidad de realizar intervenciones grupales en pacientes celiacos (dieta, etiquetado, cesta de la compra, comer fuera de casa, contacto cruzado con el gluten en el domicilio y hostelería) e intervenciones educativas en centros escolares. Respecto al control de la adherencia a la dieta sin gluten, todavía no existe un marcador fiable y no invasivo de la atrofia vellositaria persistente o de la recuperación de la mucosa y debe abordarse de forma combinada. Los anticuerpos antitransglutaminasa negativos no se correlacionan bien con el cumplimiento de la dieta, pero la persistencia o recurrencia de su positividad sí debe interpretarse como un indicador de mala adherencia a la dieta. Los cuestionarios dietéticos cortos (Biaggi, CDAT) no detectan todas las transgresiones, pero son de utilidad junto al resto de estrategias. Los péptidos inmunogénicos del gluten (GIP) en orina o en heces han mostrado ser muy sensibles para detectar transgresiones recientes, aunque su correlación con lesión histología aún no está totalmente demostrada. Pueden ser útiles para detectar transgresiones fuera del domicilio, ante persistencia de los síntomas, anticuerpos antitransglutaminasa positivos tras más de dos años de dieta sin gluten o nueva positivización de los mismos tras su normalización. En periodos vulnerables, como la adolescencia o el proceso de transición a medicina de familia, debe hacerse un control estricto de la adherencia a la dieta y evitar la pérdida de seguimiento de la enfermedad, que puede ocurrir hasta en un 35 % de los casos19,20,21.
TRANSICIÓN A MEDICINA DE FAMILIA
El proceso de transición del paciente celiaco al médico/a de familia debe ser gradual y programado, siempre y cuando el paciente esté estable, dado que el periodo de la adolescencia es espacialmente vulnerable al incumplimiento dietético22. Debe lograrse una autonomía progresiva del paciente en el manejo de su enfermedad y dar soporte social y emocional a toda la familia. Es deseable que el pediatra documente la información del paciente en un informe de transición o “pasaporte celiaco”10,16 (Tabla 7).
Tabla 7. Informe de transición o pasaporte celiaco |
DIAGNÓSTICO
DIETA SIN GLUTEN
FAMILIARES
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INDICACIONES DE BIOPSIA INTESTINAL9,10
Se muestran en la Tabla 4.
Tabla 4 Indicaciones de biopsia intestinal en el estudio de enfermedad celiaca |
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anti-TG2: antitransglutaminasa 2; anti-EMA: antiendomisio; DM-I: diabetes mellitus tipo 1; LSN: límite superior de lo normal
ANTICUERPOS ANTIENDOMISIO
La positividad de anticuerpos IgA antiendomisio, determinados en una segunda muestra de sangre, permitirá establecer el diagnóstico de enfermedad celiaca, sin necesidad de biopsia intestinal ni determinación del HLA.
No obstante, la decisión de establecer el diagnóstico definitivo de celiaquía sin realizar biopsia intestinal debe ser individualizada y consensuada con los padres y/o tutores legales.
CLASIFICACIÓN HISTOLÓGICA
En la enfermedad celiaca se produce una atrofia de las vellosidades intestinales, una elongación de las criptas y un infiltrado inflamatorio intraepitelial. La clasificación histológica se muestra en la Tabla 5.
En las situaciones en las que se va a realizar biopsia, si el grado de lesión intestinal corresponde a un Marsh 2-3, se hará el diagnóstico de EC. En los casos de Marsh 0-1 es de utilidad disponer de estudio HLA DQ2/DQ8. Si el resultado es negativo, el diagnóstico de EC es improbable y, posiblemente, se trate de un falso positivo de los anticuerpos antitransglutaminasa 2 de tipo IgA o IgG, que puede ocurrir en infecciones virales gastrointestinales, giardiasis, enfermedades autoinmunes extraintestinales (diabetes mellitus tipo 1, tiroiditis autoinmune, hepatitis autoinmune), enfermedades sistémicas inflamatorias (enfermedad inflamatoria intestinal, enfermedades autoinflamatorias, artritis reumatoide, enfermedad de Behçet, lupus eritematoso sistémico) o en alergias alimentarias y trastornos eosinofílicos primarios. Si se descartan estas entidades, hablaremos de una enfermedad celiaca potencial [presencia de anticuerpos específicos de enfermedad celiaca y HLA de riesgo (DQ2/DQ8) en una persona que presenta una arquitectura duodenal normal (MARSH 0-1)], que tendrá seguimiento por Gastroenterología Pediátrica11.
Tabla 5. Clasificación histológica |
Marsh 0: mucosa normal |
Marsh 1: lesión infiltrativa con aumento de linfocitos intraepiteliales |
Marsh 2: lesión hiperplásica con aumento de linfocitos intraepiteliales y elongación de las criptas |
Marsh 3: además de lo previo incluye atrofia vellositaria: atrofia parcial (tipo 3a); atrofia subtotal (tipo 3b); atrofia total (tipo 3c) |
CONTROLES SEROLÓGICOS PERIÓDICOS
En la edad pediátrica es recomendable conocer cuál es el haplotipo extendido de HLA (Tabla 1). En el caso de positividad para el estudio genético con serología negativa, se establecerá la periodicidad del estudio serológico en base al riesgo genético (Tabla 2).
En las personas en la que no se dispongan de resultados de HLA y que presentan anticuerpos antitransglutaminasa 2 negativos se mantendrán controles serológicos cada 2 años3,6.
Tabla 1. Genotipo HLA ligado a la enfermedad celiaca |
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Fenotipo HLA abreviado |
Genotipo (alelos) |
DR3–DQ2/DR3–DQ2 DQ 2.5/DQ 2.5 (DQ2.5 Homocigoto) |
DQA1*0501–DQB1*0201/DQA1*0501–DQB1*0201 |
DR3–DQ2/DR7–DQ2 DQ2.5/DQ 2.2 (DQ2.5 Homocigoto) |
DQA1*0501–DQB1*0201/DQA1*0201–DQB1*0202 |
DR3–DQ2 DQ 2.5/otro (DQ2.5 Heterocigoto) |
DQA1*0501–DQB1*0201/otro |
DR7–DQ2/DR5–DQ7 DQ 7.5/DQ2.2 (DQ2 trans) |
DQA1*0201–DQB1*0202/DQA1*0505–DQB1*0301 |
DR3–DQ2/DR4–DQ8 DQ2.5/DQ8 |
DQA1*0501–DQB1*0201/DQA1*0301–DQB1*0302 |
DR4–DQ8 DQ8 |
DQA1*0301–DQB1*0302/otro |
DR7–DQ2 DQ 2.2 (DQ2) |
DQA1*0201–DQB1*0202/otro |
Tabla 2. Recomendaciones de screening en el niño en base al riesgo genético |
Riesgo alto: DR3–DQ2/DR3–DQ2 (DQ2.5/DQ2.5) DR3–DQ2/DR7–DQ2 (DQ2.5/DQ2.2) Recomendación: serología anual hasta los 12 años y posteriormente cada 2 años |
Riesgo intermedio: DR7–DQ2/DR5–DQ7 (DQ2.2/DQ7) (DQ2.5 trans) DR3–DQ2/otro (DQ2.5/–) DR3–DQ2/DR4-DQ8 (DQ2.5/DQ8) DR7–DQ2/DR4–DQ8 (DQ2.2/DQ8) DR4–DQ8/DR4–DQ8 (DQ8/DQ8) DR4–DQ8/otro (DQ8/otro) Recomendación: control serológico anual hasta los 6 años y posteriormente cada 2 años |
Riesgo bajo: DR7–DQ2/DR7–DQ2 (DQ2.2/DQ2.2) DR7–DQ2/otro (DQ2.2/otro) Recomendación: control serológico a los 3 años, 6 años, 10 años y 14 años. |
En caso de que no se disponga del haplotipo extendido, es decir, cuando se informe solo como DQ2 o DQ8 positivo, se procederá como si pertenecieran al grupo de riesgo intermedio, por ser este de mayor prevalencia en la población. |
POSITIVIDAD DE ANTICUERPOS ANTITRANSGLUTAMINASA
La positividad de los anticuerpos antitransglutaminasa 2 de tipo IgA o de tipo IgG requiere siempre derivación a la consulta de Gastroenterología Pediátrica para confirmar enfermedad celiaca7.
ENFERMEDAD CELIACA CONFIRMADA
Deberá confirmarse la mejoría de los síntomas y la normalización del estudio serológico en los siguientes meses. Tras la instauración de la dieta sin gluten la negativización de la serología suele ocurrir en torno a 18-24 meses después.
DIETA SIN GLUTEN
El tratamiento de la enfermedad celiaca es la dieta sin gluten de por vida, que busca la remisión clínica, la reducción de complicaciones y la mejora de calidad de vida. El incumplimiento de la dieta aumenta el riesgo de complicaciones, como cáncer, déficits nutricionales, anemia, síntomas digestivos, talla baja, anemia u osteoporosis. El gluten es una proteína que se encuentra en el trigo, cebada y centeno, y en todos los derivados de estos, como la espelta o el triticale. De forma general se recomienda también excluir la avena ante la imposibilidad de predecir inicialmente la respuesta individual a diferentes cultivos de avena12,13. Es preferible optar por alimentos que no tengan gluten en su forma natural, como frutas, verduras, carne, pescado, huevo, lácteos, legumbres, frutos secos, arroz, maíz y pseudocereales, como mijo, amaranto y trigo sarraceno; es decir, una dieta de exclusión de gluten en vez de una dieta de sustitución (usar productos sin gluten procesados). Es recomendable no usar alimentos ultraprocesados etiquetados sin gluten, dado que pueden contener mayor porcentaje de grasas saturadas, harinas refinadas, azúcares y sal. Los productos etiquetados sin gluten deben contener menos de 20 ppm de gluten. Al inicio de la dieta, si existe déficit de micronutrientes asociados, como hierro o calcio, es recomendable suplementarlos, y si existe intolerancia a lactosa secundaria, se valorará la retirada temporal de lactosa14.
Los principales inconvenientes de la dieta sin gluten son la mala palatabilidad de los productos sin gluten, el riesgo de déficits nutricionales (calcio, selenio, magnesio, zinc, tiamina, vitamina D y vitamina C) por no llevar una dieta nutricionalmente adecuada, el déficit de fibra y el riesgo de exceso proteico. Otros inconvenientes son el coste económico, el riesgo de contacto cruzado en la preparación de los alimentos, el etiquetado variable de los productos sin gluten y la repercusión en la calidad de vida.